Así, en el siglo XVII Labastida va a disfrutar de los años más relevantes y gloriosos de su existencia. Comienza su esplendor en 1.602 con la inauguración de la Iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción; en 1.606 se trasladan a la Villa las reliquias de los Santos Mártires de Cárdena. Es una época marcada por el desarrollo económico de la Villa; se mejoran los accesos, se empedran calles y plazas, se construyen fuentes, se adereza el reloj , se reparan arcos, se hace molino nuevo, se crea un mercado en la plaza… Un reflejo de la sociedad española de la época: clasista y presuntuosa.
En el siglo XVIII tras la «Guerra de Sucesión» y la instauración de la casa de Borbón en España, Labastida continúa su época de esplendor y se recrea con sus obras y embellecimiento: se construye la nueva sacristía, el Ayuntamiento, se arregla la plaza, la cárcel, el arco de Larrazuría… Por aquel entonces Labastida era el mayor productor de vino en Rioja, produciendo el 10% del total de la producción. En este siglo resurge la figura de Manuel Quintano, el elaborador del primer «vino moderno» o «vino culto» del Estado, quien merece una reseña aparte. Se estima que la población de Labastida por aquel entonces rondaba las 8.000 personas.
A finales de este siglo y con la llegada del S. XIX se inicia el principio de la mala recha bastidiense influenciado por la lucha contra la Revolución francesa. La hegemonía francesa en Europa por tierra, el dominio marítimo inglés y la guerra de la Independencia terminan de dar la puntilla. Las arcas de la Villa van enflaqueciendo y la situación financiera se va minando por completo debido al descenso del precio de venta del vino y la manutención de la tropa francesa acantonada en Labastida durante la guerra de la Independencia. La Villa se ve obligada a vender mucho de su patrimonio, es la desamortización de 1.816.
En la primera guerra carlista (1.833-1.840) Labastida deja entrever su simpatía por el carlismo debido al poder del campesinado, lo cual va a traer funestas consecuencias para la Villa al final de la guerra, a lo cual se le unió un azote de peste y un saqueo de la Villa por los liberales. En 1.855 sufrió la desamortización de Madoz afectando gravemente a la institución eclesiástica. En 1.870 vuelve a sufrir la tercera guerra carlista y tras ella una plaga en los viñedos conocida como filoxera que les arruinó y comenzó la emigración.
El siglo XX empezó como acabó el XIX, las cosechas destruidas por la filoxera, se arranca el viñedo y se dedican parte de sus fincas al cereal, los jóvenes se van a las ciudades industriales y la población desciende. En la guerra civil Labastida se decanta a favor de Franco por lo cual estuvo tomada por tropas italianas aliadas con Franco.
A todo esto hay que señalar otro aspecto que complicó el panorama vitivinicola de muchos pueblos de la Rioja Alavesa, ya que aquellas localidades que quedaron alejadas de la vía férrea, no ven instalarse grandes proyectos bodegueros y quedan reducidas al mero papel de productoras de uva para las grandes bodegas.
El despertar de Labastida ha llegado motivado por dos factores principales: el turismo y el vino hasta dar con el maravillo pueblo que es hoy en día y que recibe con gran amabilidad a «veraneantes» y visitantes.
Labastida nos permite disfrutar de un auténtico paseo por el arte. Cuando el visitante traspasa el arco de Larrazuria y dirige su mirada al frente tiene la impresión de encontrarse ante un espléndido museo al aire libre.
Contamos con una gran riqueza monumental con casas blasonadas y palacios que forman un Casco Histórico declarado Conjunto Monumental con la categoría de Bien Cultural Calificado.
En cuanto a el vino los factores causantes de su renacimiento son, por un lado, la incorporación de una nueva generación de jóvenes cosecheros dinámicos y bien preparados. En segundo lugar, la ampliación y renovación de las bodegas que venían elaborando los grandes vinos de crianza o de reserva de Labastida. Y por último, la incorporación de nuevas firmas que han decidido apostar por el futuro de los vinos de Labastida con fuertes inversiones.
Hoy, 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, siendo las 11 de la mañana, damos inicio al Pleno Extraordinario convocado.
DECLARACIÓN INSTITUCIONAL
Hace 86 años, un golpe de Estado fallido contra la legalidad republicana dio paso a una terrible guerra que causó miles de víctimas. Después de la guerra vino la dictadura y después el olvido y la impunidad de décadas.
Algunos perdieron la vida y, todos, la libertad. Superar la tragedia no se puede hacer ocultando la verdad. Sin eso no hay justicia ni reparación.
Hemos de empezar por reconocer la verdad de que nuestra tierra fue, durante toda la contienda, una zona de retaguardia y que centenares de personas, por sus legítimas convicciones políticas, por su participación en procesos democráticos o, simplemente, por no colaborar en la rebelión militar fueron detenidas, torturadas o asesinadas en parajes aislados o tras una farsa de juicios, sin las mínimas garantías procesales.
Hoy, en 2022, el Ayuntamiento de Labastida quiere dar un paso decisivo y con este homenaje realizar la necesaria Reparación Institucional a las víctimas de la Guerra Civil de nuestro municipio y expresar nuestro reconocimiento y afecto a ellas y a sus familiares.
Aquellas víctimas, así como sus familias, han estado sometidas durante largos años a un silencio y una vergüenza que debemos reparar. Hoy Labastida y su Ayuntamiento, con sus legítimos representantes aquí presentes, queremos dejar constancia de nuestro reconocimiento más sincero y nuestro homenaje a quienes, antes que nosotros, ocuparon este lugar y les fue arrebatada su vida.
Por todo ello, el Pleno del Ayuntamiento de Labastida ha celebrado hoy una sesión extraordinaria.